Vanessa Amaya

Agile Coaching: mindset + experiencia + paciencia

Parte de lo que estamos aprendiendo como industria en materia de Transformación Digital, se están reinventando a las compañías a través de la tecnología, habilitando que las líneas que dividen a las “grandes” empresas de las “pequeñas” empresas se diluya; lo anterior es lo que más está abriéndole camino a la implementación de la agilidad. En el cambio e importancia que ya le estamos dando al poder de la colaboración sabemos que el involucramiento de todos los roles es sumamente importante, hoy me enfocaré en el rol del Agile Coach.

Hay empresas que ya están naciendo ágiles y están poniendo en severos aprietos a aquellas ya establecidas desde hace años que nacieron bajo otros paradigmas y que la competitividad y sus resultados están dejando mucho que desear en comparación a sus competencias que ya cuentan con cultura colaborativa y orientada a entregas frecuentes de valor.

Sabemos que un Agile Coach debe de saber no solo de Scrum (si no, sería Scrum Coach) sino también otros marcos ágiles y otras disciplinas como Management 3.0, Gestión de cambio organizacional, implementación de estrategias de mejora, motivación, capacitación, inteligencia emocional.... Lo anterior debe de acompañarse SI o SI con: paciencia y tiempo.

* Las implementaciones ágiles no suceden de la noche a la mañana. Cada trimestre debe de haber mejoras y logros (aunque sea pequeños) que den luz y motivación a los equipos para el siguiente periodo y cada vez ir sumando más equipos y proyectos al cambio. Recuerda que ningún cambio de fondo, ni en una persona, ni en una familia, ni en un país cambia de forma rápida, lleva una transición.

* Muchos esperan al ser Agile Coaches que su voz sea mágica y determinante y que con tan solo explicar las cosas una sola vez será suficiente. No es así. Los cambios de fondo conllevan tiempo y nuestras explicaciones se tienen que repetir una y otra vez, decenas de veces, ajustar la forma de la explicación, mejorar la explicación; considerando que son implementaciones a nivel equipo o equipos, lidiamos con los ritmos individuales de cambio. 

La maldición de lo "híbrido": mientras estamos implementando la agilidad, se siguen manejando las metodologías tradicionales. Entre más grande sea una organización, la transición hacia la agilidad toma más tiempo y en el inter se tiene que seguir "manteniendo" equipos y directivos que siguen pidiendo Project aunque tengan un tablero y aunque el Project NO sea necesario. Estan lidiando contra sus costumbres, contra sus normas y reglas puestas con años y años a cuestas orientados hacia el control sin alineación con la realidad.

La pregunta del millón  ¿se vale rendirse?

bandera blanca

Si bien por un lado, la agilidad no es una bala de plata que todo lo soluciona, por otro lado no todas las empresas se prestan para cambiar: piden servicios de Agile Coaching pero no se atreven verdaderamente a cambiar o simplemente no tienen la verdadera convicción de hacerlo. Tal vez se quedó la costumbre de antes, donde llegaban consultores a implementar montones de formatos, aplicaban "certificaciones" que colgaban en las paredes y presumían en sus propuestas comerciales o utilizaban porque eran requisitos para licitaciones, mientras ese papel se mantenía colgado en la pared, alrededor el cambio se diluía cada día y en lugar de mejorar resultados y mantener clientes, se trabajaba por mantener esos papeles de certificado colgados en la pared. Como Agile coaches es importante saber detectar esto cuando estamos trabajando en una organización.

Así que algunos creen que puede ser igual, contratar a un Agile Coach, presumir el hecho y "hacerle" como que buscamos el cambio sin verdadera convicción de hacerlo y si el Agile coach, por más que hizo no logra despertar esa convicción, es cuando tal vez deberíamos preguntarnos si mejor nos vamos a otro equipo o a otra empresa que si tenga potencial e interés verdadero para mejorar con implementaciones ágiles.

Aunque cada circunstancia sea diferente, cada empresa tenga sus escenarios, me voy a atrever queridx lectorx a decir lo siguiente: Si en una empresa Pyme, al año de iniciar una implementación ágil no hay una mejora significativa puede ser indicador de que esa empresa no está lista para cambiar o no quiere cambiar de fondo. Si en una empresa grande, a los 2 años de iniciar una implementación ágil no hay una mejora significativa, ese gigante, no quiere cambiar y por ende no va a cambiar a corto plazo. Nótese que estoy hablando de "mejora significativa" NO de cambio absoluto y total ya que ese lleva todavía más tiempo.

Podemos estar implementando la agilidad en Pymes o grandes corporativos, al final de cuentas, la agilidad va de persona a persona, el cambio es individual. Un Agile Coach cubre personas dentro de las empresas, no empresas dentro de las personas.

Me encantaría ir a un curso de paciencia para Agile Coaches, pero he entendido últimamente que la paciencia solo se aprende practicando y comprendiendo. Creanme que a veces pienso "ya basta, renuncio y pongo mi puesto de flores mañana", porque ser agente de cambio no es fácil, nadar contra corriente es pesado, así que me doy mis respiros apoyándome de colegas que me siguen motivando, buscando nuevas técnicas, leyendo libros, haciendo eventos, participando en eventos, tomo aire y de regreso a nadar contracorriente pero la verdad, y la verdad  es que me voy a aburrir de vender flores aunque me encanten, y en poco tiempo volvería a extrañar este maravilloso ajetreo que es la industria del desarrollo de software & la implementación de la agilidad. Así que mientras haya indicadores de mejora resultados de valor y clientes satisfechos aquí seguiremos. 

Si no te gusta nadar contra corriente, no ejerzas como Agile Coach.

¿Qué si me canso de ser agente de cambio?  No, Soy #BananaAgent

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