El poder de las conversaciones incómodas, el sentido de pertenencia empresarial y el arte de crear circunstancias

Es mejor no ponerse la "camiseta" de la empresa, sino la de nuestra misión profesional, así no le fallarás ni a la empresa ni a tí mismo.

Me considero una profesionista entregada y parte de ello significaba para mí ponerme a flor de piel la camiseta de la empresa donde estuviera al grado de que algunos llegaron a pensar que yo era accionista o socia de alguna de las empresas para las que trabajé. Como muchos, comenzaba con muchas ilusiones hasta que llegaba el triste momento de la decepción, donde lo prometido ya no coincidía con la realidad, verdaderas intenciones comienzan a destaparse y todo se empieza a venir abajo. Lamentablemente en muchas empresas se crean sistemas que benefician a los que no aportan, incentivan las conductas negativas y premian el bajo rendimiento, pero las buenas noticias son: no todas las empresas son iguales y la oportunidad radica en tí, no en la empresa.

Recordemos que cuando entramos a trabajar a un nuevo lugar lo hacemos con ilusiones hacia la empresa y cuando decidimos renunciar es (frecuentemente) por decepción hacia el jefe(a), el problema es que del nacimiento de la decepción al momento de renuncia suele pasar tiempo, tiempo en el que la frustración puede provocar malos resultados de nuestro trabajo, afectamos el clima del equipo y eso solo provoca que no solo le fallemos a la empresa, sino a nuestra profesión y a nosotros mismos. La gran ironía es que afectamos a todo menos a las personas que provocaron la decepción.

En esta nueva etapa opto por ponerme la camiseta de mi profesión y lo que me apasiona de ella: el servir a través de tecnología a los clientes y ayudar en sus negocios, aportando y creciendo junto con el equipo. La empresa donde esté ahora representa la plataforma para seguir aportando, produciendo y creciendo como profesionista, ahora el objetivo está centrado en mí y por ello la empresa ya no será una fuente de decepción. 

En las conversaciones incómodas que solemos evitar se encuentran grandes oportunidades de éxito personal y profesional.

Este año tuve varias conversaciones incómodas, que en otras épocas seguramente hubiera evitado. Es normal evitar una conversación incómoda, da miedo, generalmente no sabes el 100% de lo que se debe de decir y no se tiene certeza de lo que nos van a decir, pero al final de cuentas, las conversaciones incómodas pueden resolver grandes conflictos o si no se pueden resolver mínimo se pueden cerrar bien los ciclos. En este análisis entendí que también de las personas con las que hubo un distanciamiento este año y otros años evitaron tener conversaciones incómodas conmigo.

Es un hecho que la calidad de nuestra vida está sumamente influída por la calidad de las conversaciones que tenemos, es más fácil tener conversaciones cómodas y seguramente también llevarán a cumplir objetivos y obtener soluciones, sin embargo es en las conversaciones incómodas donde podemos sacar una mayor solución y sobre todo aprendizaje personal. Es vital preparnos para tener este tipo de conversaciones pero les prometo que vale la pena.

Acepto que dejé escapar concientemente algunas de estas conversaciones, otras se escaparon sin que le dedicara pensamiento a ello y precisamente al ver los resultados entre las que dejé escapar y las que sí afonté, obtuve esta lección.

Es vital crear circunstancias, tomando todo lo que tenemos y somos, cambiando el orden y poniendo nuevos ingredientes.

Siempre he estado en contra del concepto de "víctima de las circunstancias" porque mientras las circunstancias nos mantengan vivos siempre podemos influir sobre ellas, con acciones y actitud, a veces solo con acciones, a veces solo con actitud pero al final de cuentas en la fórmula de la vida somos parte de los factores que siempre pueden influir si así nos lo proponemos.

Dejándonos de quejar para poder actuar y en ese actuar hacerlo con valentía pero sobre todo con valores. De repente nos podemos ver inmersos en circunstancias que no buscábamos, que no supimos como llegamos ahí o que hicimos algo para llegar ahí pero no era nuestra objetivo. Siempre hay más de una opción para solucionar algo, más de una opción para llegar a nuestro objetivo.

¿Quieres algo? CREA LA CIRCUNSTANCIA... CREE EN TI y ACTÚA.